Los crossfiters tenemos una mirada especial hacia determinados elementos y en momentos muy concretos. Vemos las cosas de manera diferente, identificamos experiencias que otros desconocen y conocemos muy bien qué siente y cómo se siente. Y tú, ¿identificas estas 15 miradas del crossfiter?
1 A la pizarra (antes)
Entras al box y lo primero que buscas es la pizarra. ¿Qué tendremos hoy? La ves, la estudias y piensas: “Si me voy ahora, ¿alguien lo notará?”
2 A la pizarra (después)
Es inevitable buscarte entre tus compañeros y comparar tu tiempo, tus reps, o tu peso con el resto del box, especialmente con aquéllos a quienes tienes sigues de cerca, tus grandes rivales. Cuando les superas te sale sin querer una sonrisita de ilusión, y cuando no, pasa por tu cabeza algún que otro “qué cabrón”, con aprecio y cierta envidia.
3 A los compañeros del turno anterior
Nada más entrar, ni siquiera lo buscas, los encuentras sin querer. Sus caras, a más de uno paseando con el agua en la mano, y algún que otro cuerpo tirado por el suelo. Les miras casi con pena, y empiezas a intuir lo que te viene. Pero ya no hay marcha atrás, hemos venido a darlo todo.
4 Al suelo
Cuando coges aire, cuando no puedes más, cuando necesitas un respiro, cuando quieres escaquearte pero sabes que no puedes, cuando miras el crono y aún queda más de lo que llevas. El suelo siempre está ahí y lo observas en los momentos de debilidad, qué tendrá que nos ayuda a coger fuerzas para seguir adelante.
5 Al infinito
La mirada al infinito la usas cuando no sabes dónde meterte. Una veces porque crees que así nadie te ve, otras simplemente te sale solo. Son sólo unos segundos, a veces ni llega, pero de repente das un brinco y te das cuenta de que te has ido. Y cuando vuelves, ahí sigue tu WOD, deseando que le sigas dando caña.
6 Al cielo
El final del WOD, cuando lo has dado todo y sabes crees que ahora, sí que sí, no puedes más. Te tiras al suelo, da igual quién mire o dónde estés, da igual quién se acerque y lo que te diga, es tu momento para respirar de nuevo e intentar volver a la normalidad. El cielo o el techo te parece el mejor lugar donde puedes mirar para evadirte del resto del mundo.
7 Al compañero que entrena a tu lado
Unas veces para animarle, otras para saber cómo va. Para picarte o para darlo por perdido. Para levantar el ánimo o para recibir palabras de aliento. Para lo que sea, CrossFit es un deporte individual, pero sin nuestros compañeros no mola nada.
8 A la barra de dominadas
O a las anillas, o a la marca del balón, o a cualquier elemento por encima de nuestra cabeza con el que tengamos algo que hacer. La mirada es siempre la misma, esa mirada de “¿en serio?”. Coges aire, y tiras pa’lante.
9 A tu coach cuando te corrige
Estás tranquilamente con tu WOD y siempre aparece esa voz que te ayuda a corregir lo que haces mal. Que tú sabes que lo estás haciendo mal, pero él sabe que debe recordártelo. Le miras, intentas hablar y asientes con la cabeza. A veces consigues balbucear un “Si lo sé…”, y agachas la mirada para seguir con la faena, esta vez intentas mejorar.
10 A la barra
Hoy has decidido subir un poquito tu peso, y esos 5kg de más son un mundo que desconocías. Así que antes de cada rep, y después de soltar la barra como si ardiese, la miras detenidamente, te concentras, la agarras, y dejas de pensar.
11 A los discos
Muchas veces antes del propio WOD, o incluso después. Antes, porque crees que con eso no podrás, los ves como platos enormes y pesados que van a poder contigo. Y después porque, contra todo pronóstico, has sido más fuerte que ellos. Esta vez has ganado la batalla.
12 Al sudor de la camiseta
Postureo CrossFit y camisetas de algodón, eso es así. Tu camiseta, tu toalla. Y bien orgulloso la miras cuando, después de un buen WOD, la ves empapada en sudor, te sientes bien y sabes que has trabajado duro.
13 A las manos
Los casos más claros son aquéllos en los que trabajas colgado o te hinchas a reps de kettlebell, pero raro es el día en el que las manos no sufren de una u otra manera. Siempre, siempre siempre, miras tus manos al menos una vez durante el entrenamiento. ¿A que sí?
14 A los nuevos rasguños
La marca de la cuerda, el latigazo de la comba, el raspón de la barra, el golpe en la espinilla… Todas esas marcas que vas creando en tu cuerpo las miras recordando el momento exacto en el que te las has hecho. Mientras unas desaparecen, otras vuelven, pero siempre tienes alguna en la que fijarte.
15 Al espejo
Reconoce que te miras, no pasa nada, todo los hacemos. Porque ves mejoría, porque te gusta y porque después de entrenar tienes un algo especial. Sudado, cochino y maloliente, pero especial. Y eso… te mola.
Una cosa que mola de muchos Box ahora es que no ponen espejos. Te ahorra ratos de postureo inútiles que inviertes en centrarte en la técnica (o en mirar cuerpos sudados y musculados, ya según preferencias de cada cual).
Espejo? Qué espejo? Nunca!!
La mirada infinita suele funcionar saltando a la comba! 0 distracciones y 100% de concentración.
Una mirada al box antes de empezar, unos con ganas, otros con temor a lo que espera, pero nunca decepciona y cuando acabas siempre quieres más.