Carta de un crossfiter a un amigo

Hola amigo,

Te escribo esta carta porque quiero que conozcas todo esto que me está pasando, explicarte mi comportamiento de los últimos meses y compartir las cosas buenas que he descubierto.

Sé que he cambiado, y no sólo físicamente, que también, sino en mi manera de ser, de comportarme y de ver la vida. Ahora soy más sociable y estoy más alegre, seguro que has visto cambios en mi expresión, ya no me enfado con tanta facilidad e intento ver el lado positivo de las cosas.

Yo antes no era así, cuando quedábamos después del trabajo te soltaba toda la mierda acumulada del día, te contaba lo imbéciles que son los clientes, lo cabrón que es mi jefe y la cantidad de marrones a los que me había tocado enfrentarme.

Cuando hablábamos el fin de semana no tenía ganas de nada, sólo de tirarme en el sofá con la tele de fondo, algo que hiciera ruido y me permitiese desconectar del mundo por unas horas. A duras penas conseguías sacarme de casa, y cuando lo lograbas era sólo por un rato y accediendo a planes, lo reconozco, más bien aburridos.

Mi día a día era una pesadilla, sólo deseaba que llegase la noche para desconectar del mundo y meterme en la cama para soñar con algo bonito, o feo, pero para soñar y vivir algo irreal por unas horas.

¿Has visto? Ya no soy así, he cambiado. CrossFit me ha cambiado. Mi trabajo ya no es como antes, he buscado lo que no me gustaba y he logrado hacerlo mejor. Algunos dicen que huyo de los problemas, yo creo que no, que lo que hago es buscar mi felicidad, y para hacerlo hay que tener un par de huevos, saber reconocer lo que no te gusta y cambiarlo. Y para cambiarlo, hay que querer cambiarlo. Nadie cambia nada desde el sofá de su casa, el canal de la televisión, como mucho (ya sabes, uno de mis chistes fáciles y malos).

Sigo con mis problemas, pero ahora son diferentes, o más bien, los veo de diferente manera. Los respeto y los afronto como he de hacerlo, con seguridad y con la certeza de que seré yo quien pueda con ellos, y no ellos conmigo.

Llámame el fin de semana, quedemos, hagamos cosas divertidas, salgamos a la calle, paseemos, hagamos deporte, juguemos, saltemos, corramos, riémonos. Me apetece. Ahora sí. Ahora el tiempo libre es para disfrutarlo, y qué mejor manera que hacerlo juntos. No importa mi nivel de cansancio, tengo ganas de quemar el mundo y de quemar toda la energía que llevo dentro, ésa que acumulo durante la semana, ésa que por más que sigo quemando, revive de una manera espectacular.

Ya tendré tiempo de dormir de noche, ahora sí sé lo que necesito para estar bien, un importante descanso, pero cada cosa a su tiempo.

Los días ahora son diferentes, no tienen nada que ver con mi vida pasada. Termino el trabajo y tengo ganas de hacer cosas, espero con ansia el momento de ir al box, de ver a mis compañeros, de saber qué toca hoy y de entrenar hasta que mi cuerpo grite “¡Basta ya!”.

Pero disfruto, ¿sabes? Es una pasada, y te lo digo de corazón. Nunca había experimentado estas sensaciones, y son maravillosas, te cambian la vida. Deberías probarlo. Sí, ya sé que te lo he dicho mil veces, que te he hablado de ello durante hoooooras y horas, y que nunca me canso de repetírtelo, ¡si hasta te he puesto vídeos de los CrossFit Games a las dos de la mañana para mostrarte el CrossFit en todo su esplendor! Pero es que es así, CrossFit es diferente, por eso soy tan insistente.

No nos llames locos a quienes lo practicamos, esto para mí es como… Como para ti esa manía que tienes de llevarte un puñadito de arena de cada ciudad que visitas. Que yo no la critico porque somos amigos, y ya sabes que me pone un poco de los nervios, pero lo respeto. Pues lo mismo te pido que hagas, que me sigas respetando en mi nueva forma de vida, que ya lo haces, pero sé que a veces te cuesta, y reconozco que no debe ser fácil saber que no habrá conversación en la que no aparezcan las palabras “CrossFit”, “Agujetas”, “¡Es que es una pasada!” o “¿Cuándo vienes a probar?”.

Te daré un consejo, ven conmigo. De verdad, sólo probarlo, si no te gusta no vuelvas, sólo un día, una hora. Quiero compartir contigo las cosas buenas, y ésta es una de las mejores que me han pasado en mucho mucho tiempo. No te engaño, lo sabes. Cada día entreno con gente como tú, reacia en un principio y enganchadísima en tan solo tres semanas. Esto tiene un algo especial que puede cambiar tu vida como cambió la mía y la de mucha gente.

Tienes la llave, ahora sólo tienes que abrir la puerta.

Gracias por leerme, nos vemos esta tarde.

Y que sepas… Que te quiero mazo.

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