Cuánto cuesta la vuelta, ¿eh? Después de esos días de relax, las merecidas vacaciones terminan y vuelves a la cruda realidad. Es entonces cuando te das cuenta de lo bien que estabas fuera de la rutina, sin horarios, sin mirar qué comes y, ¿por qué no?, sin entrenar durante unos días.
Las intenciones siempre son buenas, no faltan las zapas en nuestra maleta y algún cacharrito por si un día nos entra la morriña, pero tras las cervezas y los helados, de lo último de los que nos acordamos es de la morriña.
Llega el día, y has de volver. Al trabajo, a los horarios, a la rutina… y al box. Que lo pillas con ganas, no lo dudo, pero cuesta, ¿eh? Vaya si cuesta…
Los primeros días son como los PRIMEROS DÍAS (los recuerdas, ¿verdad?), aquellos en los que todo te sonaba a chino y no dabas un duro por seguir haciendo esto durante mucho más tiempo, pero resulta que te enganchaste, y aquí estás, años después, exactamente con las mismas sensaciones, los mismos dolores, y agujetas que entonces. Los nombres ya los conoces (si no los has olvidado en tu período de desconexión), pero no suenan igual que antes de irte.
– ¿RX? Bufff… No creo que pueda.
– ¡Claro que no puedes! Pero, ¿tú te has visto? Si no puedes ni con el remo del calentamiento.
– Venga, poco a poco que es el primer día, esto en nada lo tienes de nuevo
¡Ja! Pues no es poco agradecido este deporte ni nah…
Cuánto cuesta la vuelta, ¿eh? Volver a disfrutar de esas desagradables sensaciones que aprendimos a saborear de la mejor manera posible, a sacar lo peor de cada uno haciendo que sea siempre lo mejor, a sentir la pereza y acabar dándonos las gracias por haberla superado.
Y es que sí, la vuelta cuesta, ¡mucho!, pero siempre merece la pena. Porque aunque los primeros días son duros, ¡muy duros!, no tardamos en re-descubrir el encanto de nuestro deporte, retomamos nuestra rutina en el box como uno de los mejores momentos del día, y volvemos a sufrir y a disfrutar de todo lo que nos aporta.
Así que bueno, quizá cueste la vuelta, pero todos estamos de acuerdo en que merece la pena.
Guapisimo, impresionante.